Muchos catedráticos de diversos países suelen afirmar que la actividad
física provoca mejoras en la actividad cerebral, conforme al viejo lema de
Mente Sana en Cuerpo Sano, pero todavía hay quienes cuestionan sobre las bases
científicas de tal afirmación.
Un trabajo
realizado por el doctor Kubota de la Universidad de Handa (Japón) que fue
presentado en San Diego, Californa (EE.UU.) durante el congreso anual de la
Sociedad Americana de Neurociencias (2002), se puede citar como argumento
contundente para la afirmación centenaria de Mente Sana en Cuerpo Sano.
En esta
investigación participaron siete jóvenes sanos en un programa de entrenamiento
que consistió en correr durante 30 minutos, tres veces por semana durante tres
meses.
Cada uno
completó una serie de 'tests' diseñados con ayuda de una computadora,
poniéndose como objetivo el comparar la capacidad para memorizar objetos y
establecer la capacidad intelectual antes y después del plan de entrenamiento.
Una vez
transcurrido el período de seguimiento, las puntuaciones de estas pruebas
aumentaron de forma estadísticamente significativa en todos los participantes,
así como la velocidad de procesamiento de información. Para comprobar la
fiabilidad del trabajo, en ningún momento se le permitió a los participantes
practicar con los 'tests' durante el tiempo de duración del estudio.
Los
resultados de las pruebas de inteligencia indicaron una clara mejoría en la
función del lóbulo frontal del cerebro. Además, los autores observaron que las
puntuaciones comenzaban a bajar si los participantes abandonaban el
entrenamiento. También descubrieron que el consumo de oxígeno aumentaba
paralelamente a las puntuaciones de los 'tests', confirmando así que el
mantenimiento de un flujo constante de sangre y oxígeno preserva las funciones
cognitivas.
El doctor Kubota, director de la
investigación, señala que el hecho de que las mejoras se perdieran al
interrumpir la actividad física, indica que lo que se requiere realmente para
este desarrollo intelectual es la continuidad en el ejercicio físico.
Otros investigadores de la Duke University de
Carolina del Norte habían realizado un trabajo con personas de edad a las que
sometieron a un programa de actividad física de cuatro meses de duración y
mostraron una notable mejoría en la memoria.
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